Retrasos Injustificados: ¿Un Ataque a la Educación Privada en Salud?
Recientemente, los egresados de la UDC e IESM han enfrentado preocupantes retrasos en la emisión de sus cédulas profesionales, un trámite esencial para ejercer su profesión legalmente. Estos retrasos han generado incertidumbre y frustración, pues no parecen responder a razones legítimas, sino que se perciben como un intento de desacreditar a estas instituciones de educación superior. A pesar de haber cumplido con todos los requisitos académicos, los estudiantes se ven bloqueados en su proceso de incorporación al mercado laboral.
Es fundamental recordar que en México, todos los ciudadanos tienen el derecho constitucional de ejercer una profesión lícita, respaldada por los derechos humanos y garantizada por la Constitución. Los egresados de la UDC e IESM no solo han sido capacitados de acuerdo con los estándares nacionales, sino que además cumplen con todos los requisitos legales para obtener su cédula profesional. Los procedimientos administrativos deben ser eficientes y respetuosos de estos derechos, sin ser utilizados como barreras injustificadas para que los profesionales puedan ejercer su labor.
Lo que se percibe como un obstáculo innecesario y repetitivo parece estar más relacionado con la deslegitimación de la educación privada en el ámbito de la salud que con la garantía de la calidad educativa. Las autoridades encargadas de revisar estos trámites parecen estar tomando decisiones arbitrarias, sin ofrecer explicaciones claras que justifiquen los retrasos. Esta situación ha creado un clima de desconfianza, afectando no solo a las instituciones, sino también a los futuros médicos que se ven obligados a enfrentar obstáculos sin fundamentos legales.
Para los egresados de la UDC e IESM, estos retrasos no son solo inconvenientes administrativos, sino que tienen repercusiones directas en su estabilidad profesional y financiera. Muchos de ellos ya han completado sus estudios y prácticas profesionales, pero la falta de cédula les impide ejercer legalmente, afectando su capacidad para comenzar a trabajar. Es necesario que los procesos administrativos sean transparentes, ágiles y justos, para que los egresados puedan ejercer su profesión sin obstáculos injustificados.
Ante esta situación, es crucial que se garantice un proceso de emisión de cédulas profesionales que no sea manipulado ni politizado. Las instituciones educativas como la UDC e IESM siguen comprometidas con la formación de médicos altamente capacitados y con el cumplimiento de todas las normativas legales. Es hora de que se protejan los derechos de los egresados y se les permita integrarse rápidamente al campo laboral para contribuir a la sociedad con su conocimiento y profesionalismo.
Héctor Carrera.
