México se encamina a una contracción económica en 2025, advierte Deutsche Bank

La economía mexicana enfrenta un año complejo, marcado por presiones externas, ajustes internos y una desaceleración que ya se refleja en los datos del primer trimestre.
Aunque el país logró evitar una recesión técnica, entendida como dos trimestres consecutivos de contracción, las señales de enfriamiento son claras, particularmente en la industria y los servicios, que muestran estancamiento o retrocesos, de acuerdo con analistas de Deutsche Bank.
En su más reciente informe, Deutsche Bank señala que mantienen “la expectativa de una contracción económica de 0,4% en 2025”, confirmando un diagnóstico que ya se venía perfilando desde finales del año pasado. La proyección se mantiene pese a un repunte puntual en las actividades primarias y al hecho de que “el impacto del choque externo/arancelario aún no se ha materializado del todo en EE. UU. y México”.
El análisis identifica varios factores detrás de la debilidad estructural. Según el informe, en la economía pesará “el tradicional freno de actividad en el primer año de una nueva administración, un arrastre fiscal y el impacto del choque externo/arancelario”.
A esto se suman los ajustes en respuesta a cambios en el panorama institucional de México y a cambios en la política en EE.UU. Todo esto, para Deutsche Bank, genera vientos en contra para la actividad que, en su opinión, “son difíciles de superar”.
El deterioro ya se observa en las cifras más recientes. El IGAE de marzo, indicador mensual de la actividad económica, registró una caída de -0,36% mensual desestacionalizada, arrastrado por descensos en la industria (-0,9%) y los servicios (-0,4%).
Aunque las actividades primarias subieron 4,3%, el impacto fue insuficiente para revertir la contracción general. Por su parte, el crecimiento anual del PIB en el primer trimestre fue de 0,8%, con una expansión trimestral de 0,2%, lo que refleja un estancamiento prolongado.
Presiones inflacionarias
Este entorno macroeconómico se da en medio de nuevas presiones inflacionarias. En la primera quincena de mayo, la inflación general fue de 0,09% quincenal, frente a una expectativa de -0,10%, y alcanzó una tasa anual de 4,22%.
Aunque el componente subyacente, especialmente los servicios, mostró cierta moderación, los precios de mercancías siguen presionados al alza. El informe señala que “la lectura de inflación superó las expectativas, empujando la tasa anual por encima del intervalo objetivo”.
Frente a este panorama, Deutsche Bank considera que el sesgo para la política monetaria permanece sin cambios.
“En nuestra opinión, los datos de hoy deberían ser neutros para la política monetaria”, afirman los analistas, reafirmando su previsión de un recorte de 50 puntos base en la reunión del 26 de junio del Banco de México.
La combinación de un entorno global menos favorable, presiones fiscales internas y el debilitamiento de los motores tradicionales de crecimiento configuran un escenario en el que, según Deutsche Bank, “los obstáculos son difíciles de superar”.